
A la mañana siguiente Laila que así se llamaba la niña decidió a escondidas de su mamá forrar la cajita con un papel con dibujos y así adornarla, a Laila se le ocurrió meter papelitos con los deseos que querían que se le cumplieran y así hizo...
Pasaron los años y la cajita seguia con Laila, la niña ya se hizo mayor y decidió abrir la cajita, cual fue su sorpresa cuando vió que casi todos los deseos que había guardado se le habían cumplido y comprendió que los que le quedaban sabía que algún día se le cumplirían algún día...
Y lo más importante, que la niña le dió una utilidad a una simple cajita de cartón que alguien tiró a la basura
Nunca dejes de soñar, dice el cuento...
Y colorín colorado este cuenta se ha acabado...
Fdo: Susy
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